Uno Menos

El lunes por la noche se fue Leandro Feales, para variar un poco, acompañado por un seguroso en una moto que hablaba por un celular y dos patrullas que desde la esquina observaban la despedida de todos los amigos. En último momento, al parecer por una orden del de la moto, decidieron tomar cartas en el asunto los cops: pedirle el carnet de identidad y los papeles al chofer del carro que lo llevaría para el aeropuerto.
Yo me entere de que se iba a las 7 de la noche, traumatismos de nuestra juventud (viajar es el deseo máximo de todo cubano, como atreverse a decir un deseo en alta voz, si todos saben que entonces no se cumplirá). Un poco dolida por estas cicatrices espirituales con las que todos tenemos que cargar, que van mas allá de no decir lo que uno piensa por miedo o no poder vivir del salario, sino que atentan directamente a nuestro subconsciente y transforman y deforman nuestra psiquis de adultos post-revolución, como diría Orlando Luis, me despedí sin ni siquiera un beso porque entre tantos que nos desayunábamos la noticia, no todos podíamos estar en primera plana en el último instante.
Encontró El Lean tiempo para dejarme sus fotos y poder hacer una galería en mi blog, y ahora que estoy escribiendo y organizando el post, vuelvo a sentir ganas de llorar y vacío por uno menos que esta aquí conmigo y por uno mas que paso a la otra dimensión, a la real.
Le deseo desde aquí toda la suerte del mundo y que un día podamos estar juntos como siempre, sin los segurosos, por supuesto.

( La galería la monto en cuanto termine de fajarme con el blogger.com)