De lo mejor de nuestros Encuentros Bloggers

foto: Claudio Fuentes Madam

Ayer miércoles 8 de enero tuvimos nuestro encuentro blogger sin ninguna dificultad excepto por el teléfono de Yoani, que misteriosamente dejó de funcionar al mediodía. La presentación esta vez estuvo animada por Reinaldo Escobar del blog Desde Aquí, que siempre con su sentido del humor fuera de serie me hizo reír hasta las lágrimas varias veces. Hablamos de la libertad dentro del blog entre otros temas, pero lo que más me gustó fueron las selecciones de Reinaldo para ejemplificar durante su ponencia, aquí van:

Aclaración: La cita de metáfora oscura es del compañero Fidel

Ejemplos de anfibologías:

Dile a Manolo que le entregue a Roberto los libros que él quiera
(¿que quiera quién?)
Ellos hablaron con María de sus asuntos
(¿los asuntos de quién?)
Era notable la fuerza que le trajo la victoria
(¿la victoria le proporcionó más fuerza, o fue la fuerza la que le permitió obtener la victoria?)

Ejemplo de metáforas oscuras:

(…) después de las vidas ofrendadas y tanto sacrificio defendiendo la soberanía y la justicia, no se le puede ofrecer a Cuba en la otra orilla el capitalismo.
No está claro si a Cuba le están ofreciendo el capitalismo desde otra orilla para desviarla del camino recto, o si al llegar a la orilla a donde estaba prevista, ¡oh, sorpresa!, había alguien allí ofreciendo el capitalismo. En nuestro contexto histórico “la otra orilla” es Miami, es por eso que usar el término la otra orilla para referirse al final del camino resulta confuso. Por otra parte usamos orilla para los bordes periféricos de un área, no para los extremos de una línea.

Ejemplo de referencia presuntuosa

(En una receta de arroz frito) “los tomates aquí sobran, no en el sentido ontológico que le daría Heidegger, sino por la incongruencia que podría señalar Schopenhauer”

Ejemplo de aclaración humillante:

Abrió el grifo colocando su mano sobre la mariposa y dándole un leve giro hacia la izquierda.

Ejemplo de rodeo innecesario:

Lo que quiero decirles, sin que esto ofenda a nadie y sin que mis palabras despierten alguna susceptibilidad entre mis anfitriones, que me han dado una atención esmeradísima, quizás mayor de la que se merece mi humilde persona, es que, a pesar de lo agradable de la velada, estoy cansado.