foto: Claudio Fuentes Madan
Todos los días cojo el P4, varias veces. Me pongo grave cuando la gente me dice que las guagas están buenas. La semana pasada, viniendo del Naútico para el Vedado a las 10 y media de la mañana, con la guagua a punto de explotar y aun sin frente frío, tuve uno de mis momentos de Odio Puro, como yo les llamo, que por suerte se me pasan rápido.
No pude traspasar el primer metro después de la puerta porque no cabía (peso 110 libras) y alrededor mío todo el mundo sin aliento trataba de encontrar comodidad dentro de la marea humana. Siempre un viejo me puso la mano en una nalga, y bajo mi protesta en alta voz para toda la guagua la retiró sin siquiera disimular.
Los que están sentados, de manera general, no se inmutan nunca: estoy acostumbrada a ver a los ancianos y a los minusválidos tratando de llegar infructuosamente al asiento que les está destinado, casi a cuatro metros de la puerta de entrada.
Pero ya sé que aquí el absurdo nunca es demasiado, y para llevarnos a todos bien hasta nuestros extremos más pusilánimes, todos los asientos de minusválidos y embarazadas estaban llenos ya ese día. Una anciana parada al lado mío le gritaba a su hija, en el otro extremo de la guagua, que ya se había sentado, que le habían dado el asiento; y este diálogo en alta voz divertía muchísimo a la mujer que sentada frente a nosotras, se ría con desparpajo de la situación junto a su marido.
Como por 42 se sube una anciana ciega, que a gritos trata impotente de llegar hasta su asiento, con toda la confusión se le rompe la cartera y empieza a dar bastonazos a su alrededor, mientras la gente casi sin poder moverse recibe los golpes y grita; el conductor no se inmuta, lo de él es que echen el peso en la alcancía, que ya bastante mal los están llevando con unas leyes nuevas que están durísimas. Finalmente la anciana desaparece de mi poco campo visual, una mujer dice que nos tratan como ganado, nadie le contesta.
Creo que al fin va a bajar la presión, pero no, un ciego que se levanta de uno de los asientos pegados a la puerta de entrada, decide que es mejor salir por allí porque está más cerca, atino a decirle que no cabrá. La guagua arranca y él, ya está histérico porque se le ha pasado la parada, reparte una segunda dosis de bastonazos. El chofer para la guagua y logra bajar, o lo bajan, ni sé, porque para ese entonces todos se reían a carcajadas… mientras yo a duras penas aguantaba las ganas de llorar.
Al fin veo mi adorado 12 y 23, casi repto verticalmente hasta la segunda puerta, en lo que espero que se abra la salida al paraíso, oigo que una gorda sentada le dice a un calvo que está frente a ella: Ése, yo no sé lo qué tiene, anda con su carnet de limitado físico, siempre viene sentado, pero yo no veo que tenga nada…
Casi le vomito en la cara, y si no fuera porque escribo tan mal, cualquiera creería que esto es un cuento inédito de Kafka.
martes, 4 de noviembre de 2008
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Por muy surealista y kafkiano que suene eso sucede en todas las guaguas de la habana todos los dias. Montarse en una es toda una odisea de la que se podria escribir mas de 10 tomos y eso en un solo viaje de 10 cuadras. Nada que la realidad es simplemente alucinante!
ResponderEliminarMe encanta que escribas esas "cosillas" de la vida diaria y como lo escribes
Besos
El Cuco
del equipo de eBolondron.com
Hola claudia,
ResponderEliminarmi nombre es Sergio Rubim, soy periodista brasileño y vivo en florianópolis una linda isla al sur de Brasil. Ayer puse un comentário en mi blog sobre los blogs cubanos como el tuyo y Generación Y. Lás coloqué en mis blogs favoritos para que mis leitores tambiém las cessen. me gustaria figurar en los favoritos de uds. www.cangablog.blogspot.com
Un gran abraço y fuerza
Canga
Claudia, me has hecho revivir mis viajes en guagua, tales, que tuve una epoca en que para liberarme de la mierda comunista que me rodeaba preferia caminar a todas partes por lejos que estuviera. En las guaguas, como en las asambleas de meritos y demeritos, la mierda mental rebosa a lo mas bajo de la sociedad...
ResponderEliminarClaudiña es cruel que lo diga, porque reirse de la desgracia siempre a sido nuestro puñetero talón de aquiles, 'por eso estamos como estamos...' diría Estelbina en Alegría de Sobremesa, porque mija, lo del ciego repartiendo segunda dosis de bastonazos es descojonante...
ResponderEliminarEl transporte urbano en Cuba es una basura porque una ciudad tan superpoblada y con tan pocos automoviles no puede tener unicamente unos pocos autobuses.
Pero te digo una cosa, ni en el metro de Madrid uno se libra de unos buenos empujones y algunos carteristas en horario pico, claro, no hay comparación, lo sé, pero yo que tú me decanto por 'pedir botella'. Gracias por el enlace, besitos desde los madriles.
Oh, oh, las sales, las sales... la masa obrera y vulgar ha incordiado a la chica swingante superior, a la cantimplora sensible... las sales... !Agamenón, coño, las sales!
ResponderEliminarAlberto.
Si escribes exquisitamente, aunque Kafka fuera un genio
ResponderEliminarNo escribes nada mal Claudia, lo haces realmente bien, pero de lo que se trata es de describir, asi como lo haces, como van siendo los dias del infierno, para ver si algun dia, coloreandolos, los podemos convertir en dias en el cielo.
ResponderEliminarHago un llamado a todo el que tenga la posibilidad de ayudarnos en lo siguiente:
ResponderEliminarPara nadie es un secreto lo difícil que está ahora en Cuba la situación socio-política y económica, y lo duro que se la sienten la mayoría de los cubanos que vivimos en la Isla. A pesar de esta circunstancia las órdenes del gobierno han sido reprimir con más fuerza en todas las esferas. Por lo que han aparecido un número no despreciable de desgraciados, ejecutores de las locuras del gobierno cubano, que te meten preso o te ponen una multa descomunal con el mismo desenfado que te dicen que ese es su trabajo.
Lo que estoy proponiendo es hacer un sitio para poner una lista de esos personajes que se prestan para hacerle la vida imposible al pueblo cubano. En un futuro que espero esté muy cercano vamos a juzgar a esos esbirros y todo el peso de la justicia caerá sobre ellos.
A aquellos que tengan la facilidad de poner un dominio abierto en Internet con un sitio Web accesible desde la Isla, ayúdenos a condenar a los torturadores del pueblo cubano.
Querido Anónimo,
ResponderEliminarAntes de hacer un listado de colaboradores con el Castrismo, habría que determinar con mucho cuidado si se ven obligados a colaborar o no.
Esa iniciativa hay que hacerla con muchísimo cuidado, no vaya a ser que se cometan injusticias enormes acusando injustamente.
Hay modos mucho mejores para luchar por la libertad de Cuba.
Gabriel
La chica escribe eso?
ResponderEliminarEs excelente. Si , se parece a
kafka
Claudia, pagále a ese tal alberto lo que le debes a ver si se está tranquilo.
ResponderEliminarSi no le debes nada, no te preocupes; desdichados así son los que contrapesan el buen desenvolvimiento de un blog. Parece que se te ha pegado fuerte, gracias a ti tiene algo que acechar en su deplorable y harta vida. Paz y amor para esas almas, y un vaso de agua a las tres de la tarde. mi abuela les hacía sahumerios a entes tales y tambien tiraba hielo a la acera al mediodia, cuando la cosa estaba caliente.
besos,
cristy
Hola claudia desde españa te leo,y me gusta lo que escribes.Animo y mucha suerte.
ResponderEliminarsaludos
carlos
Claudia , si todo lo que escribes
ResponderEliminares asi, cuentame entre tus lectores.
Eso esta excelente.
saludos,
OLANDO MARTINEZ