sábado, 31 de julio de 2010
Tarea
Llego a casa de una amiga y me la encuentro riendo a carcajadas delante de la tarea de su hijo. Me da una hoja de libreta y me invita a leer, no sin antes aclarar:
- Es muy sincero, se ve que sólo tiene siete años.
“Mi escuela”
“Toda mi escuela es bonita menos el baño, porque está bien pintada y no tiene nada roto, en cambio el baño está mal pintado, siempre hay caca y tiene peste a orine. En mi escuela hay muy buenos y graciosos amigos, también la maestra es muy buena y bastante graciosa. En el matutino la directora dice muchas cosas pero aveces no oigo. Yo casi siempre me quiero ir de la escuela y mucho más cuando voy a comer en ella, hoy comí harina y la profe me obligó.”
La verdad es que no me reí tanto, me acordé de cuando yo tenía esa edad y de lo que sucedió después. No le comenté nada a mi amiga, pero si nuestro país no cambia, dentro de tres o cuatro años las composiciones de su niño lejos criticar la peste o rememorar la alegría de jugar con sus compañeros, mencionarán héroes muertos en las guerras de siglos pasados y batallas de ideas desconocidas.
jueves, 29 de julio de 2010
Cena de extraños
Foto: Claudio Fuentes Madan
La familia cubana está fracturada, no sólo por las separaciones territoriales producto de la emigración, sino por las contradicciones políticas entre cada miembro dentro del país. El otro día fui invitada a comer en casa de una amiga y terminé la tertulia deprimida por el choque de dos generaciones, padres e hijos: una que calla por respeto a los mayores y otra que ofende por su ideología absolutista.
Mientras “La mesa redonda” animaba el cumpleaños de mi amiga (el tío no tuvo la suficiente sensibilidad para apagar el televisor), la madre hacía comentarios terroristas sobre el destino de Estados Unidos, y los cónyuges de ambos intentaban como niños cambiar el tema -no sé si por solidaridad con los más jóvenes o por simple sentido común: era una fiesta. Mi amiga tenía dos opciones:
- Dar su opinión y convertir la celebración en un funeral de gritos e intolerancia.
- Callarse la boca y dedicarse a las papas fritas.
Optó por la segunda. Su familia no pareció darse cuenta del anormal silencio de la homenajeada durante toda la noche. Entre los intercambios de ideas : “El socialismo es el único camino”, “todos esos mercenarios deberían podrirse en la cárcel”, “No sé cómo Obama puede dormir tranquilo”, “la Unión Europea y el Imperio un día van a pagar”, “Fidel siempre ha tenido razón”; se pasaban de mano en mano las planillas y los documentos que presentarían a la mañana siguiente en el Consulado Español para solicitar la ciudadanía de ese país europeo, y las mujeres comentaban la novela mexicana de la televisión por cable que ilegalmente tienen en la casa.
Todo el tiempo me embargó un sentimiento de profunda lástima con esos extraños militantes del PCC: con una moral tan desfachatada, una ideología ambigua y una intransigencia sin límites. Su ceguera les impide avizorar el enorme abismo que los separa de la generación a la que le dieron vida: están solos, tan solos que ni siquiera sus hijos se atreven a iluminarles el camino.
La familia cubana está fracturada, no sólo por las separaciones territoriales producto de la emigración, sino por las contradicciones políticas entre cada miembro dentro del país. El otro día fui invitada a comer en casa de una amiga y terminé la tertulia deprimida por el choque de dos generaciones, padres e hijos: una que calla por respeto a los mayores y otra que ofende por su ideología absolutista.
Mientras “La mesa redonda” animaba el cumpleaños de mi amiga (el tío no tuvo la suficiente sensibilidad para apagar el televisor), la madre hacía comentarios terroristas sobre el destino de Estados Unidos, y los cónyuges de ambos intentaban como niños cambiar el tema -no sé si por solidaridad con los más jóvenes o por simple sentido común: era una fiesta. Mi amiga tenía dos opciones:
- Dar su opinión y convertir la celebración en un funeral de gritos e intolerancia.
- Callarse la boca y dedicarse a las papas fritas.
Optó por la segunda. Su familia no pareció darse cuenta del anormal silencio de la homenajeada durante toda la noche. Entre los intercambios de ideas : “El socialismo es el único camino”, “todos esos mercenarios deberían podrirse en la cárcel”, “No sé cómo Obama puede dormir tranquilo”, “la Unión Europea y el Imperio un día van a pagar”, “Fidel siempre ha tenido razón”; se pasaban de mano en mano las planillas y los documentos que presentarían a la mañana siguiente en el Consulado Español para solicitar la ciudadanía de ese país europeo, y las mujeres comentaban la novela mexicana de la televisión por cable que ilegalmente tienen en la casa.
Todo el tiempo me embargó un sentimiento de profunda lástima con esos extraños militantes del PCC: con una moral tan desfachatada, una ideología ambigua y una intransigencia sin límites. Su ceguera les impide avizorar el enorme abismo que los separa de la generación a la que le dieron vida: están solos, tan solos que ni siquiera sus hijos se atreven a iluminarles el camino.
lunes, 26 de julio de 2010
“Somos la raíz del cambio”, por Raudel de Escuadrón Patriota
Este video lo hice ayer en un concierto organizado por el grupo OMNI-Zona Franca en la casa Gaia. Había muy poca luz y el audio está fatal, pero la canción de Raudel brilla por encima de cualquier inconveniente tecnológico.
Transcribí lo que he logrado entender, cualquier aporte de un lector con mejor oído que yo es bienvenido:
“Somos la Raíz del cambio”
Diez meses después tengo que recordar mi posición, teniendo en cuenta que queremos lo mejor para todos y asegurar una vida con tolerancia, equilibrio y armonía para todas las personas de la nación y la diáspora, pero también con mucho progreso, equilibrio y evolución espiritual, porque hay muchos sueños y mucha fe.
Escuadrón manifiesta:
Afro-descendiente soy y Cuba es mi nación,
No somos peligro para nadie, presten atención:
No queremos violencia ni una confrontación,
Insisten en que nuestro mensaje es contrarrevolución,
Esto se llama realidad y compromiso con la nación,
El amor vence al miedo, la palabra a (inaudible)
Recordemos a la mente la voz, no la resignación:
Revolución es cambio, es progreso y es transformación,
No esconderán las esperanzas de millones sin razón.
Conspiración contra Escuadrón ¿por qué? Por mi visión
Quien la sabe conoce la peor cara de esta nación
Ni burguesía, ni familia en el Yuma, ni buena posición
Vivo en el corazón donde la gente sufre y se traga el dolor
No le canto a la política, error,
Yo tengo conciencia crítica y esta es mi proyección
Y claro que me preocupo, vivo en el centro del ciclón,
Las demandas del país son tantas sin tanta investigación:
Desigualdad, carencia, poca alimentación,
hacinamiento, incomunicación, represión,
generación desorientada, fatalidad, separación,
racismo, destrucción y una lista sin definición.
Pero nos siguen viendo como una provocación
¿Quién justifica que los albergues minen en la nación?
Somos la sangre que brota de la herida abierta de la revolución
La bandera de los soldados (inaudible)
Que lo mantengan en la luz que esto se está revelando,
Vamos ¡Somos la raíz del cambio!
Mucho tiempo pensando y sin actuar,
¿Qué estamos esperando? ¡Somos la raíz del cambio!
No pueden con nosotros: la verdad está en el pueblo,
Ellos lo saben ¡Somos la raíz del cambio!
Pa’los niños y los ancianos, pa’los negros y pa’los blancos:
¡Somos la raíz del cambio!
No miento cuando digo que esto se fue de control
Por cierto (inaudible)
Por la seguridad en acción
La orientación de lo que no es convoca la detención
Y en cada presentación hay respeto y reconciliación
Yo sé que cuesta muchísimo trabajo despertar
(inaudible) igual yo fui víctima fatal
Cierta información parcial, la ignorancia estatal,
El aislamiento es letal yo lo puedo demostrar
Soy incapaz de promover el odio, de manipular a nadie
Ni de lanzar el más (inaudible) testimonio
Tengo familia, amigos (inaudible)
Yo apuesto por un cambio para la prosperidad, es obvio
Porque lo que piensa la mayoría de la gente
Lo que quiere la mayoría de la gente
Lo que piensa la mayoría de este pueblo yo lo sé
¡No tengo miedo lo que suceda!
(Inaudible)
Toman espacio en cada esquina de mi casa para
Decirles a todos que Escuadrón es una amenaza
Deténgalos que están siendo la imagen que.. (inaudible)
Y el silencio en los labios (inaudible) minan el alma
La verdad puede que tenga relatividad
Pero no lo creemos: Nosotros somos la realidad
El amanecer de un nuevo día vendrá entre (inaudible) y música
Es de una nación cansada (inaudible)
Después de una declaración que se acusó contra el cielo
Me quedo en silencio y le pido al supremo
Que por cada lágrima derramada
(inaudible)
Que lo mantengan en la luz que esto se está revelando,
¡Somos la raíz del cambio!
Mucho tiempo pensando y sin actuar,
¿Qué estamos esperando? ¡Somos la raíz del cambio!
No pueden con nosotros: la verdad está en el pueblo,
Ellos lo saben ¡Somos la raíz del cambio!
Pa’los niños y los ancianos, pa’los negros y pa’los blancos:
¡Somos la raíz del cambio!
Cada hijo de cada barrio en cada pueblo
Con un puño en alto ¡Somos la raíz del cambio!
Mucho tiempo pensando sin actuar
¿Qué estamos esperando? ¡Somos la raíz del cambio!
No pueden con nosotros la verdad está en el pueblo,
Ellos lo saben ¡Somos la raíz del cambio!
Pa’los niños y los ancianos, pa’los negros y pa’los blancos:
¡Somos la raíz del cambio!
(Inaudible)…Hasta mi nación Cuba: Amor, paz y fe. Amor, paz y fe en nombre del más alto de la creación, somos todos la raíz del cambio. Todos amamos esta nación. Todos la amamos y libertad queremos para tener armonía, progreso espiritual, económico y social para nuestra isla. Todos tenemos responsabilidad y somos la raíz del cambio.
Gracias.
Transcribí lo que he logrado entender, cualquier aporte de un lector con mejor oído que yo es bienvenido:
“Somos la Raíz del cambio”
Diez meses después tengo que recordar mi posición, teniendo en cuenta que queremos lo mejor para todos y asegurar una vida con tolerancia, equilibrio y armonía para todas las personas de la nación y la diáspora, pero también con mucho progreso, equilibrio y evolución espiritual, porque hay muchos sueños y mucha fe.
Escuadrón manifiesta:
Afro-descendiente soy y Cuba es mi nación,
No somos peligro para nadie, presten atención:
No queremos violencia ni una confrontación,
Insisten en que nuestro mensaje es contrarrevolución,
Esto se llama realidad y compromiso con la nación,
El amor vence al miedo, la palabra a (inaudible)
Recordemos a la mente la voz, no la resignación:
Revolución es cambio, es progreso y es transformación,
No esconderán las esperanzas de millones sin razón.
Conspiración contra Escuadrón ¿por qué? Por mi visión
Quien la sabe conoce la peor cara de esta nación
Ni burguesía, ni familia en el Yuma, ni buena posición
Vivo en el corazón donde la gente sufre y se traga el dolor
No le canto a la política, error,
Yo tengo conciencia crítica y esta es mi proyección
Y claro que me preocupo, vivo en el centro del ciclón,
Las demandas del país son tantas sin tanta investigación:
Desigualdad, carencia, poca alimentación,
hacinamiento, incomunicación, represión,
generación desorientada, fatalidad, separación,
racismo, destrucción y una lista sin definición.
Pero nos siguen viendo como una provocación
¿Quién justifica que los albergues minen en la nación?
Somos la sangre que brota de la herida abierta de la revolución
La bandera de los soldados (inaudible)
Que lo mantengan en la luz que esto se está revelando,
Vamos ¡Somos la raíz del cambio!
Mucho tiempo pensando y sin actuar,
¿Qué estamos esperando? ¡Somos la raíz del cambio!
No pueden con nosotros: la verdad está en el pueblo,
Ellos lo saben ¡Somos la raíz del cambio!
Pa’los niños y los ancianos, pa’los negros y pa’los blancos:
¡Somos la raíz del cambio!
No miento cuando digo que esto se fue de control
Por cierto (inaudible)
Por la seguridad en acción
La orientación de lo que no es convoca la detención
Y en cada presentación hay respeto y reconciliación
Yo sé que cuesta muchísimo trabajo despertar
(inaudible) igual yo fui víctima fatal
Cierta información parcial, la ignorancia estatal,
El aislamiento es letal yo lo puedo demostrar
Soy incapaz de promover el odio, de manipular a nadie
Ni de lanzar el más (inaudible) testimonio
Tengo familia, amigos (inaudible)
Yo apuesto por un cambio para la prosperidad, es obvio
Porque lo que piensa la mayoría de la gente
Lo que quiere la mayoría de la gente
Lo que piensa la mayoría de este pueblo yo lo sé
¡No tengo miedo lo que suceda!
(Inaudible)
Toman espacio en cada esquina de mi casa para
Decirles a todos que Escuadrón es una amenaza
Deténgalos que están siendo la imagen que.. (inaudible)
Y el silencio en los labios (inaudible) minan el alma
La verdad puede que tenga relatividad
Pero no lo creemos: Nosotros somos la realidad
El amanecer de un nuevo día vendrá entre (inaudible) y música
Es de una nación cansada (inaudible)
Después de una declaración que se acusó contra el cielo
Me quedo en silencio y le pido al supremo
Que por cada lágrima derramada
(inaudible)
Que lo mantengan en la luz que esto se está revelando,
¡Somos la raíz del cambio!
Mucho tiempo pensando y sin actuar,
¿Qué estamos esperando? ¡Somos la raíz del cambio!
No pueden con nosotros: la verdad está en el pueblo,
Ellos lo saben ¡Somos la raíz del cambio!
Pa’los niños y los ancianos, pa’los negros y pa’los blancos:
¡Somos la raíz del cambio!
Cada hijo de cada barrio en cada pueblo
Con un puño en alto ¡Somos la raíz del cambio!
Mucho tiempo pensando sin actuar
¿Qué estamos esperando? ¡Somos la raíz del cambio!
No pueden con nosotros la verdad está en el pueblo,
Ellos lo saben ¡Somos la raíz del cambio!
Pa’los niños y los ancianos, pa’los negros y pa’los blancos:
¡Somos la raíz del cambio!
(Inaudible)…Hasta mi nación Cuba: Amor, paz y fe. Amor, paz y fe en nombre del más alto de la creación, somos todos la raíz del cambio. Todos amamos esta nación. Todos la amamos y libertad queremos para tener armonía, progreso espiritual, económico y social para nuestra isla. Todos tenemos responsabilidad y somos la raíz del cambio.
Gracias.
sábado, 24 de julio de 2010
“Mi esposo vale la pena”, entrevista teléfonica con Suyoani Tapia Mayola (II)
Segunda Parte: Prisión Kilo 5 y Medio, en Pinar del Río
Fragmento del audio de la entrevista:
- ¿Cuándo decides seguir el destino de Horacio y mudarte de Ciego de Ávila a Pinar del Río?
Era difícil que me autorizaran, siendo médico, a estar yendo a las visitas después del traslado de Horacio. Teníamos intensiones de que la relación funcionara y yo me tuve que mudar para acá. Además, no podía mantener el ritmo de los viajes desde Ciego de Ávila.
Llevo cuatro años viviendo sin nadie aquí en Pinar del Río, sólo la familia de él y las amistades que he ido haciendo desde que llegué. Las familias de otros presos me apoyaron, en casa de la familia de Víctor Rolando Arroyo, por ejemplo, era donde me quedaba cuando venía a las visitas.
Fue duro separarme de mi familia, yo nunca soñé vivir en Pinar del Río y mira, aquí estoy. Luego murió mi suegra, fue un golpe muy duro para Horacio y para mí. Ella me ayudaba en todo, falleció el 2 de marzo de 2008, de cáncer.
Me quedé muy solita, pero meses más tarde Dios me dio la dicha de quedar embarazada y hoy tenemos una niña de un año y tres meses, le pusimos el nombre de la mamá Horacio: Ada María, es la Damita de Blanco más joven.
A pesar de tanto yo creo que somos felices, a pesar de estar separados tenemos muchas cosas: una familia sobre una base sólida. La gente me dice que mi historia parece una telenovela, mi madre cree que en la vida real esto no se ve mucho. Nosotros, Horacio y yo, siempre hemos tenido mucha fe, y a veces -mi madre también me lo dice- siento que es como una misión, que sólo Dios sabe por qué hace las cosas.
No te puedo decir que sea completamente feliz, lo tengo a él encerrado y es muy duro: estamos presos todos, así no tenemos vida. Yo llevo a mi niña a todas las visitas, juegan durante dos horas y al separarse de él llora. Para nosotros como padres también es muy difícil, él se ha perdido muchas cosas: sus primeros pasos, sus primeras palabras. Horacio nos ha hecho mucha falta, como tantos que le han hecho falta a sus hijos y a sus esposas. Esperamos que todo se solucione y podamos vivir como una familia, como la verdadera familia que somos.
- ¿Sigues ejerciendo como médico en Pinar del Río?
Terminé mi servicio social y continué trabajando aquí, el traslado fue difícil, al principio no me querían dar ubicación. Mi carrera es eminentemente práctica y siempre quise trabajar. La seguridad se ocupó de que mi puesto aquí en Pinar del Río fuera en un lugar muy alejado, no había ni carretera, había que llegar en un carretón de caballos y allí me tuvieron como seis u ocho meses. Cuando estaba embarazada tenía que viajar en carreta con mi barriga, para ir y para venir todos los días del trabajo.
Con el tiempo me acercaron un poco al pueblo y después al municipio, pero con todo y eso estoy lejos. Como trabajadora yo pertenezco al municipio de Sandino, a treinta kilómetros de donde vive la familia de Horacio.
Ellos me dieron trabajo, pero nunca me hicieron las cosas fáciles. Un amigo médico me dijo cuando yo llegué: ¿Estas preparada para lo que vas a vivir? Yo estoy convencido de que tú ni te imaginas las cosas por las que vas a pasar. Y es cierto, he pasado cosas muy difíciles, cuando salí embarazada aun peor, con una barriga inmensa de seis, siete meses, sola en una prisión, llegaba con tres o cuatro maletines y los oficiales sacaban una pesa para empezar a quitarme cosas. Estas historias las hemos vivido todos los familiares de los prisioneros, pero miro mi historia en particular y lo que nos han hecho, y hay ensañamiento.
- ¿Tienes algún momento especial que quisieras contarme, algo que los haya marcado como pareja?
Hemos tenido momentos muy duros, pero también muy lindos en nuestra relación. No niego que a veces nos hemos caído -como todo el mundo- pero siempre hemos podido levantarnos y la prueba es ésta: hoy estamos juntos, al cabo de casi siete años de relación y más unidos que nunca, de verdad.
Hay una historia que nos marca -es hasta graciosa- a veces una persona desde afuera la escucha y le parece normal, pero para nosotros tiene mucha significación:
Una vez yo estaba en una consulta y él me llamó para que yo lo atendiera. Pensé que se sentía mal, me preocupé porque creí que era grave. Sucedió que yo estaba dando la consulta entre los presos –el médico en la cárcel generalmente entra y da la consulta en la misma celda- y el guardia se olvidó de mí, me dejó sola con los reos. Yo veía que Horacio me llamaba y me llamaba, de repente se paró al lado mío y sin pensar me abrazó como queriendo decir: que nadie me la toque. Cuando me di cuenta de lo que pasaba fue que me asusté. Después nos reímos y yo le preguntaba: ¿Qué tú ibas a hacer? ¡A lo que atinó fue a abrazarme delante de todo el mundo!
- ¿Cuándo se casaron?
Nos casamos el 21 de marzo de 2007, la boda fue en la prisión, una cosa muy sencilla: llevamos un notario, firmamos. Quizás un día podamos celebrar mejor nuestra unión, con nuestra familia. Horacio tiene tres hijas, la más grande tiene 22 años y es muy pegada a nosotros, tenía 16 años cuando su padre fue condenado.
Quizás nosotros hayamos logrado cosas que otras parejas con vida en común no lograron, me atrevería a asegurar que hay matrimonios en la calle, que se ven a diario, y que no tienen lo que nosotros tenemos. No es un acto heroico mío: Horacio vale todo este sacrificio que yo he hecho, él me inspira a todo esto.
- ¿Qué crees de las negociaciones que se llevan a cabo en estos momentos entre el gobierno y la Iglesia Católica?
Es muy difícil tener una hija sola, ver cómo esa niña camina, habla y crece sin poder ver a su papá, ver cómo se queda llorando cada vez que se despiden. Es muy duro también verlo a él darle la espalda y saber que se queda encerrado tras una reja, no saber si va a comer, si va a estar bien. Entonces, siempre y cuando no vaya contra nuestros principios, yo agradezco infinitamente todo lo que se haga a favor de su libertad y la de todos los presos.
Hace cuestión de un mes en mi vida no había luz, vivía por vivir y hoy tengo la esperanza de poder formar una familia, de darle a mi hija un hogar estable. El lugar de su padre es irremplazable, ni los abuelos ni nadie lo puede ocupar, entonces la posibilidad de vivir juntos, de tener una vida normal, como dios manda, es algo que tengo que agradecer.
Fragmento del audio de la entrevista:
- ¿Cuándo decides seguir el destino de Horacio y mudarte de Ciego de Ávila a Pinar del Río?
Era difícil que me autorizaran, siendo médico, a estar yendo a las visitas después del traslado de Horacio. Teníamos intensiones de que la relación funcionara y yo me tuve que mudar para acá. Además, no podía mantener el ritmo de los viajes desde Ciego de Ávila.
Llevo cuatro años viviendo sin nadie aquí en Pinar del Río, sólo la familia de él y las amistades que he ido haciendo desde que llegué. Las familias de otros presos me apoyaron, en casa de la familia de Víctor Rolando Arroyo, por ejemplo, era donde me quedaba cuando venía a las visitas.
Fue duro separarme de mi familia, yo nunca soñé vivir en Pinar del Río y mira, aquí estoy. Luego murió mi suegra, fue un golpe muy duro para Horacio y para mí. Ella me ayudaba en todo, falleció el 2 de marzo de 2008, de cáncer.
Me quedé muy solita, pero meses más tarde Dios me dio la dicha de quedar embarazada y hoy tenemos una niña de un año y tres meses, le pusimos el nombre de la mamá Horacio: Ada María, es la Damita de Blanco más joven.
A pesar de tanto yo creo que somos felices, a pesar de estar separados tenemos muchas cosas: una familia sobre una base sólida. La gente me dice que mi historia parece una telenovela, mi madre cree que en la vida real esto no se ve mucho. Nosotros, Horacio y yo, siempre hemos tenido mucha fe, y a veces -mi madre también me lo dice- siento que es como una misión, que sólo Dios sabe por qué hace las cosas.
No te puedo decir que sea completamente feliz, lo tengo a él encerrado y es muy duro: estamos presos todos, así no tenemos vida. Yo llevo a mi niña a todas las visitas, juegan durante dos horas y al separarse de él llora. Para nosotros como padres también es muy difícil, él se ha perdido muchas cosas: sus primeros pasos, sus primeras palabras. Horacio nos ha hecho mucha falta, como tantos que le han hecho falta a sus hijos y a sus esposas. Esperamos que todo se solucione y podamos vivir como una familia, como la verdadera familia que somos.
- ¿Sigues ejerciendo como médico en Pinar del Río?
Terminé mi servicio social y continué trabajando aquí, el traslado fue difícil, al principio no me querían dar ubicación. Mi carrera es eminentemente práctica y siempre quise trabajar. La seguridad se ocupó de que mi puesto aquí en Pinar del Río fuera en un lugar muy alejado, no había ni carretera, había que llegar en un carretón de caballos y allí me tuvieron como seis u ocho meses. Cuando estaba embarazada tenía que viajar en carreta con mi barriga, para ir y para venir todos los días del trabajo.
Con el tiempo me acercaron un poco al pueblo y después al municipio, pero con todo y eso estoy lejos. Como trabajadora yo pertenezco al municipio de Sandino, a treinta kilómetros de donde vive la familia de Horacio.
Ellos me dieron trabajo, pero nunca me hicieron las cosas fáciles. Un amigo médico me dijo cuando yo llegué: ¿Estas preparada para lo que vas a vivir? Yo estoy convencido de que tú ni te imaginas las cosas por las que vas a pasar. Y es cierto, he pasado cosas muy difíciles, cuando salí embarazada aun peor, con una barriga inmensa de seis, siete meses, sola en una prisión, llegaba con tres o cuatro maletines y los oficiales sacaban una pesa para empezar a quitarme cosas. Estas historias las hemos vivido todos los familiares de los prisioneros, pero miro mi historia en particular y lo que nos han hecho, y hay ensañamiento.
- ¿Tienes algún momento especial que quisieras contarme, algo que los haya marcado como pareja?
Hemos tenido momentos muy duros, pero también muy lindos en nuestra relación. No niego que a veces nos hemos caído -como todo el mundo- pero siempre hemos podido levantarnos y la prueba es ésta: hoy estamos juntos, al cabo de casi siete años de relación y más unidos que nunca, de verdad.
Hay una historia que nos marca -es hasta graciosa- a veces una persona desde afuera la escucha y le parece normal, pero para nosotros tiene mucha significación:
Una vez yo estaba en una consulta y él me llamó para que yo lo atendiera. Pensé que se sentía mal, me preocupé porque creí que era grave. Sucedió que yo estaba dando la consulta entre los presos –el médico en la cárcel generalmente entra y da la consulta en la misma celda- y el guardia se olvidó de mí, me dejó sola con los reos. Yo veía que Horacio me llamaba y me llamaba, de repente se paró al lado mío y sin pensar me abrazó como queriendo decir: que nadie me la toque. Cuando me di cuenta de lo que pasaba fue que me asusté. Después nos reímos y yo le preguntaba: ¿Qué tú ibas a hacer? ¡A lo que atinó fue a abrazarme delante de todo el mundo!
- ¿Cuándo se casaron?
Nos casamos el 21 de marzo de 2007, la boda fue en la prisión, una cosa muy sencilla: llevamos un notario, firmamos. Quizás un día podamos celebrar mejor nuestra unión, con nuestra familia. Horacio tiene tres hijas, la más grande tiene 22 años y es muy pegada a nosotros, tenía 16 años cuando su padre fue condenado.
Quizás nosotros hayamos logrado cosas que otras parejas con vida en común no lograron, me atrevería a asegurar que hay matrimonios en la calle, que se ven a diario, y que no tienen lo que nosotros tenemos. No es un acto heroico mío: Horacio vale todo este sacrificio que yo he hecho, él me inspira a todo esto.
- ¿Qué crees de las negociaciones que se llevan a cabo en estos momentos entre el gobierno y la Iglesia Católica?
Es muy difícil tener una hija sola, ver cómo esa niña camina, habla y crece sin poder ver a su papá, ver cómo se queda llorando cada vez que se despiden. Es muy duro también verlo a él darle la espalda y saber que se queda encerrado tras una reja, no saber si va a comer, si va a estar bien. Entonces, siempre y cuando no vaya contra nuestros principios, yo agradezco infinitamente todo lo que se haga a favor de su libertad y la de todos los presos.
Hace cuestión de un mes en mi vida no había luz, vivía por vivir y hoy tengo la esperanza de poder formar una familia, de darle a mi hija un hogar estable. El lugar de su padre es irremplazable, ni los abuelos ni nadie lo puede ocupar, entonces la posibilidad de vivir juntos, de tener una vida normal, como dios manda, es algo que tengo que agradecer.
(Fin de la entrevista)
jueves, 22 de julio de 2010
“Mi esposo vale la pena”, entrevista telefónica con Suyoani Tapia Mayola (I)
Por casualidad me enteré de la historia de esta doctora de veintinueve años y su esposo, Horacio Piña Borrego, de 42, periodista independiente preso durante la causa de los 75. Mientras me contaban la odisea de su destino me pareció que estaba leyendo un capítulo de “Cumbres Borrascosas”. Esas cosas no pasan en la vida real, pensé, y si pasan yo tengo que hablar con esta mujer, yo tengo que contar esto.
Un amigo común nos conectó y me decidí a llamarla para que me diera su testimonio. Las palabras de Suyoani me calaron el alma y aunque dicen que por teléfono todo es más frío, cuando ella lloró yo también lloré del otro lado del auricular. No pensé publicar una entrevista sino contar su historia; sin embargo, después de grabarla, cambiar con mis palabras la vida de esta muchacha me pareció un sacrilegio.
Primera Parte: Prisión de Canaleta, Ciego de Ávila
Fragmento del audio de la entrevista:
- ¿Cómo conociste a Horacio en la prisión de Canaleta?
Nos vimos por primera vez en una celda de castigo. Fue chocante para mí ya que yo no era médico de la zona de aislamiento, estaba de guardia y me habían ido a buscar porque Horacio se sentía mal.
Cuando entré al pasillo lo único que había era un bombillo incandescente, allí no entra la luz del sol porque las ventanas están clausuradas con un pedazo de zinc. Era un espacio inmenso, no puedo decirte qué largo tenía -es incomparable- habían muchas celdas muy pequeñas, extremadamente pequeñas. Y allí estaban cinco de la causa de los 75: Raúl Rivero, Ariel Sigler Amaya, Luis Milán Fernández, Pedro Pablo Álvarez y mi esposo, Horacio Piña.
Recuerdo que Horacio tenía dolor de cabeza y la presión alta. Cuando lo vi a través de aquella reja fue extraordinario, desde ese instante los dos nos dimos cuenta de que algo iba a suceder. Entonces nunca pensé que termináramos formando un matrimonio, que en algún momento hasta tuviéramos una hija. Sin embargo fue mágico, yo tengo mucha fe y en esas condiciones, conocer una persona, enamorarnos allí y formalizar luego un matrimonio y una familia, realmente tiene que ser obra de Dios.
- ¿Por qué estaban los cinco en celdas de castigo?
No había razón para ello, fue la ubicación que las autoridades les buscaron. Es la celda de castigo para los reos comunes, pero también es zona de aislamiento. Cuando ellos cayeron presos los pusieron allí con los condenados a muerte y a cadenas perpetuas. Horacio estuvo allí un año y cuatro meses.
- ¿Cuándo se dieron cuenta de que se estaban enamorando?
Al principio sólo éramos amigos, aunque siempre hubo mucha identificación. El trece de mayo de 2004 nos dimos el primer beso -casi un año después de conocernos- porque como él estaba en zona de aislamiento no nos veíamos tan seguido, sólo una o dos veces al mes.
En la prisión la relación de los presos con los oficiales y con los médicos es muy difícil, a mí me hablaron muy mal de ellos. Mi esposo me cuenta que muchas veces quiso sacar la conversación, pero sentía miedo a decepcionarme o a decirme algo incorrecto, y más en su situación. A mí también me daba la idea de hablarle, pero igual sentía miedo.
Pasó mucho tiempo antes de que conversáramos, sólo cuando lo trasladaron al destacamento con los demás prisioneros nos empezamos a ver prácticamente a diario y comenzamos la relación; yo atendía a los pacientes crónicos y él tenía varias enfermedades.
Nuestra unión fue, a pesar de tanta adversidad, muy sólida: nunca hablamos de algo pasajero, por el contrario, siempre hicimos planes para el futuro. Tuvimos muchas dificultades porque hay cosas que no se pueden disimular: la seguridad se dio cuenta de que pasaba algo, de que yo los ayudaba, no sólo a él, sino también a los demás. Comenzaron a vigilarnos, aunque nunca obtuvieron pruebas palpables de nuestra relación, se la imaginaban. Después Raúl Rivero escribió un poema relatando la nuestra historia, y la seguridad lo ocupó.
Horacio es maravilloso, la persona que yo escogí como modelo, me apoyo en él, me da muchas fuerzas para vivir y para continuar. Hay gente que me dice: “¿Pero cómo es posible? Tú eres una mujer joven, tienes una vida por delante. ¿Qué haces unida a hombre condenado a veinte años?” Yo simplemente respondo: Mi esposo vale la pena.
- ¿Cuáles fueron las consecuencias de que lo descubrieran todo? ¿En tu vida personal y profesional, qué pasó?
Me fueron a buscar a la consulta -yo estaba justamente atendiendo a Horacio- llegaron cinco oficiales de la seguridad y me llevaron hacia una oficina, todo sucedió delante de él. Fue un momento terrible, él ya sabía que pasaba algo y le dijo a los oficiales: “¡Interróguenme a mí, déjenla a ella!”.
Me presionaron para que yo confesara. Yo soy médico, era una trabajadora civil del Minint y cumplía el servicio social, no éramos más que un hombre y una mujer, ellos no podían acusarme de nada. Intentaron intimidarme usando a mi familia, me amenazaban: me decían que se lo iban a decir a mis padres. Un oficial me preguntó en una entrevista que cómo era posible que un médico, graduado de la revolución, se enamorara de un terrorista. En esa ocasión respondí: parece que usted y yo no tenemos el mismo concepto de terrorista, Horacio Piña no es terrorista.
Me transfirieron hacia otra unidad del Minint, y a él entonces lo mandaron para Pinar del Río. La última entrevista en Canaleta fue el 18 de julio. Horacio es trasladado la madrugada del 11 de agosto para el Combinado del Este y posteriormente para Pinar del Río. Es decir, él sólo estuvo unos días más en Ciego de Ávila después de que yo fuera enviada para una unidad más bien de oficinas, nada relacionado con prisiones. Ellos decían que no querían perder una doctora, entonces hice una permuta laboral: una doctora de una escuela estaba interesada en cambiar de trabajo, ella se incorporó al Minint y yo fui para la escuela.
- ¿Entonces no te permitieron seguir trabajando en prisiones?
No, ellos sabían que yo, al tener una relación con él, lo iba a ayudar. Ellos no quieren, no pueden ni siquiera imaginar que haya alguien que pueda facilitarle las cosas. Tuve momentos de mucha presión, hubo un día que estaba esperando una guagua para ir al trabajo, y en la parada una señora le decía a otra: -Hay una doctora con un terrorista en la prisión de aquí de Canaleta.
Ese cartelito de “Doctora con Terrorista” se encargaron ellos de divulgarlo allá en mi provincia. Para mi familia fue muy difícil también, a mis padres los citaron por el centro de trabajo. Fueron momentos muy duros para todos, incluso para él, porque se sentía impotente mientras yo sufría toda aquella situación.
- ¿Y tu familia, cómo reaccionó ante tanta presión?
Yo tengo una familia maravillosa… me es difícil hablar de ese tema. En el caso de mi papá, porque mi mamá es una persona un poco más callada, me dijo: - ¿Si nosotros no te ayudamos, quién lo va a hacer entonces? Tú eres mi hija-. Recordar eso me duele.
El día que la seguridad me interrogó, también interrogaron a mi padre. A la mañana siguiente yo salía para el trabajo y me preguntó si necesitaba que él me acompañara:
- Papi, yo puedo ir sola- y me dijo.
- Entonces levanta la cabeza, no has hecho nada para que vayas con cabeza baja.
Y eso yo se lo voy a agradecer siempre, de verdad tengo mucho que agradecerle a los dos porque ambos trabajan y están relacionados de una forma u otra con este gobierno, con el sistema. Otra familia quizás no hubiese adoptado esa posición. Los oficiales, incluso, le preguntaron a mi padre por qué yo seguía viviendo bajo su mismo techo y él alegó: -De ninguna manera se irá de la casa, es mi hija y la voy a ayudar en todo. Así lo ha hecho siempre, son siete años ya prácticamente y aquí estoy en Pinar del Río. A pesar de estar lejos ellos me han ayudado muchísimo.
- ¿Y la gente, qué actitud asumió ante la difamación? ¿Tus compañeros de trabajo, tus amigos?
Hemos recibido el apoyo de muchas personas, Horacio es muy sociable y fácil de querer. Las enfermeras nos ayudaron mucho y él incluso mantiene comunicación con personas en Canaleta. Yo le he decía en aquella época -Tú tienes ojos en la espalda- y él se justificaba –Las amistades me alertan de los peligros, me dan señales cuando alguien perjudicial para nosotros está cerca.
La seguridad del estado no logró quitarnos la solidaridad de la gente, esa es la espina que ellos tienen clavada en la garganta y por eso no me han dejado vivir en paz. Siempre he sido perseguida, no he tenido un momento de tranquilidad. Aquí en Pinar del Río, por ejemplo, cuando empiezo a trabajar en un lugar siempre pasa lo mismo, al principio nadie dice nada pero después, cuando nos hemos conocido me confiesan: Doctora yo tengo que decirle una cosa, antes de usted llegar la seguridad estuvo aquí y nos dijo que teníamos que informar de todo lo que usted hacía, la hora de llegada y la hora de salida.
Han llamado a mis padres y los han presionado para que me pidan que regrese, les dicen que me van a dar trabajo, que me van a ubicar en la capital de provincia, que no me va a pasar nada…hasta a eso se han atrevido.
Un amigo común nos conectó y me decidí a llamarla para que me diera su testimonio. Las palabras de Suyoani me calaron el alma y aunque dicen que por teléfono todo es más frío, cuando ella lloró yo también lloré del otro lado del auricular. No pensé publicar una entrevista sino contar su historia; sin embargo, después de grabarla, cambiar con mis palabras la vida de esta muchacha me pareció un sacrilegio.
Primera Parte: Prisión de Canaleta, Ciego de Ávila
Fragmento del audio de la entrevista:
- ¿Cómo conociste a Horacio en la prisión de Canaleta?
Nos vimos por primera vez en una celda de castigo. Fue chocante para mí ya que yo no era médico de la zona de aislamiento, estaba de guardia y me habían ido a buscar porque Horacio se sentía mal.
Cuando entré al pasillo lo único que había era un bombillo incandescente, allí no entra la luz del sol porque las ventanas están clausuradas con un pedazo de zinc. Era un espacio inmenso, no puedo decirte qué largo tenía -es incomparable- habían muchas celdas muy pequeñas, extremadamente pequeñas. Y allí estaban cinco de la causa de los 75: Raúl Rivero, Ariel Sigler Amaya, Luis Milán Fernández, Pedro Pablo Álvarez y mi esposo, Horacio Piña.
Recuerdo que Horacio tenía dolor de cabeza y la presión alta. Cuando lo vi a través de aquella reja fue extraordinario, desde ese instante los dos nos dimos cuenta de que algo iba a suceder. Entonces nunca pensé que termináramos formando un matrimonio, que en algún momento hasta tuviéramos una hija. Sin embargo fue mágico, yo tengo mucha fe y en esas condiciones, conocer una persona, enamorarnos allí y formalizar luego un matrimonio y una familia, realmente tiene que ser obra de Dios.
- ¿Por qué estaban los cinco en celdas de castigo?
No había razón para ello, fue la ubicación que las autoridades les buscaron. Es la celda de castigo para los reos comunes, pero también es zona de aislamiento. Cuando ellos cayeron presos los pusieron allí con los condenados a muerte y a cadenas perpetuas. Horacio estuvo allí un año y cuatro meses.
- ¿Cuándo se dieron cuenta de que se estaban enamorando?
Al principio sólo éramos amigos, aunque siempre hubo mucha identificación. El trece de mayo de 2004 nos dimos el primer beso -casi un año después de conocernos- porque como él estaba en zona de aislamiento no nos veíamos tan seguido, sólo una o dos veces al mes.
En la prisión la relación de los presos con los oficiales y con los médicos es muy difícil, a mí me hablaron muy mal de ellos. Mi esposo me cuenta que muchas veces quiso sacar la conversación, pero sentía miedo a decepcionarme o a decirme algo incorrecto, y más en su situación. A mí también me daba la idea de hablarle, pero igual sentía miedo.
Pasó mucho tiempo antes de que conversáramos, sólo cuando lo trasladaron al destacamento con los demás prisioneros nos empezamos a ver prácticamente a diario y comenzamos la relación; yo atendía a los pacientes crónicos y él tenía varias enfermedades.
Nuestra unión fue, a pesar de tanta adversidad, muy sólida: nunca hablamos de algo pasajero, por el contrario, siempre hicimos planes para el futuro. Tuvimos muchas dificultades porque hay cosas que no se pueden disimular: la seguridad se dio cuenta de que pasaba algo, de que yo los ayudaba, no sólo a él, sino también a los demás. Comenzaron a vigilarnos, aunque nunca obtuvieron pruebas palpables de nuestra relación, se la imaginaban. Después Raúl Rivero escribió un poema relatando la nuestra historia, y la seguridad lo ocupó.
Horacio es maravilloso, la persona que yo escogí como modelo, me apoyo en él, me da muchas fuerzas para vivir y para continuar. Hay gente que me dice: “¿Pero cómo es posible? Tú eres una mujer joven, tienes una vida por delante. ¿Qué haces unida a hombre condenado a veinte años?” Yo simplemente respondo: Mi esposo vale la pena.
- ¿Cuáles fueron las consecuencias de que lo descubrieran todo? ¿En tu vida personal y profesional, qué pasó?
Me fueron a buscar a la consulta -yo estaba justamente atendiendo a Horacio- llegaron cinco oficiales de la seguridad y me llevaron hacia una oficina, todo sucedió delante de él. Fue un momento terrible, él ya sabía que pasaba algo y le dijo a los oficiales: “¡Interróguenme a mí, déjenla a ella!”.
Me presionaron para que yo confesara. Yo soy médico, era una trabajadora civil del Minint y cumplía el servicio social, no éramos más que un hombre y una mujer, ellos no podían acusarme de nada. Intentaron intimidarme usando a mi familia, me amenazaban: me decían que se lo iban a decir a mis padres. Un oficial me preguntó en una entrevista que cómo era posible que un médico, graduado de la revolución, se enamorara de un terrorista. En esa ocasión respondí: parece que usted y yo no tenemos el mismo concepto de terrorista, Horacio Piña no es terrorista.
Me transfirieron hacia otra unidad del Minint, y a él entonces lo mandaron para Pinar del Río. La última entrevista en Canaleta fue el 18 de julio. Horacio es trasladado la madrugada del 11 de agosto para el Combinado del Este y posteriormente para Pinar del Río. Es decir, él sólo estuvo unos días más en Ciego de Ávila después de que yo fuera enviada para una unidad más bien de oficinas, nada relacionado con prisiones. Ellos decían que no querían perder una doctora, entonces hice una permuta laboral: una doctora de una escuela estaba interesada en cambiar de trabajo, ella se incorporó al Minint y yo fui para la escuela.
- ¿Entonces no te permitieron seguir trabajando en prisiones?
No, ellos sabían que yo, al tener una relación con él, lo iba a ayudar. Ellos no quieren, no pueden ni siquiera imaginar que haya alguien que pueda facilitarle las cosas. Tuve momentos de mucha presión, hubo un día que estaba esperando una guagua para ir al trabajo, y en la parada una señora le decía a otra: -Hay una doctora con un terrorista en la prisión de aquí de Canaleta.
Ese cartelito de “Doctora con Terrorista” se encargaron ellos de divulgarlo allá en mi provincia. Para mi familia fue muy difícil también, a mis padres los citaron por el centro de trabajo. Fueron momentos muy duros para todos, incluso para él, porque se sentía impotente mientras yo sufría toda aquella situación.
- ¿Y tu familia, cómo reaccionó ante tanta presión?
Yo tengo una familia maravillosa… me es difícil hablar de ese tema. En el caso de mi papá, porque mi mamá es una persona un poco más callada, me dijo: - ¿Si nosotros no te ayudamos, quién lo va a hacer entonces? Tú eres mi hija-. Recordar eso me duele.
El día que la seguridad me interrogó, también interrogaron a mi padre. A la mañana siguiente yo salía para el trabajo y me preguntó si necesitaba que él me acompañara:
- Papi, yo puedo ir sola- y me dijo.
- Entonces levanta la cabeza, no has hecho nada para que vayas con cabeza baja.
Y eso yo se lo voy a agradecer siempre, de verdad tengo mucho que agradecerle a los dos porque ambos trabajan y están relacionados de una forma u otra con este gobierno, con el sistema. Otra familia quizás no hubiese adoptado esa posición. Los oficiales, incluso, le preguntaron a mi padre por qué yo seguía viviendo bajo su mismo techo y él alegó: -De ninguna manera se irá de la casa, es mi hija y la voy a ayudar en todo. Así lo ha hecho siempre, son siete años ya prácticamente y aquí estoy en Pinar del Río. A pesar de estar lejos ellos me han ayudado muchísimo.
- ¿Y la gente, qué actitud asumió ante la difamación? ¿Tus compañeros de trabajo, tus amigos?
Hemos recibido el apoyo de muchas personas, Horacio es muy sociable y fácil de querer. Las enfermeras nos ayudaron mucho y él incluso mantiene comunicación con personas en Canaleta. Yo le he decía en aquella época -Tú tienes ojos en la espalda- y él se justificaba –Las amistades me alertan de los peligros, me dan señales cuando alguien perjudicial para nosotros está cerca.
La seguridad del estado no logró quitarnos la solidaridad de la gente, esa es la espina que ellos tienen clavada en la garganta y por eso no me han dejado vivir en paz. Siempre he sido perseguida, no he tenido un momento de tranquilidad. Aquí en Pinar del Río, por ejemplo, cuando empiezo a trabajar en un lugar siempre pasa lo mismo, al principio nadie dice nada pero después, cuando nos hemos conocido me confiesan: Doctora yo tengo que decirle una cosa, antes de usted llegar la seguridad estuvo aquí y nos dijo que teníamos que informar de todo lo que usted hacía, la hora de llegada y la hora de salida.
Han llamado a mis padres y los han presionado para que me pidan que regrese, les dicen que me van a dar trabajo, que me van a ubicar en la capital de provincia, que no me va a pasar nada…hasta a eso se han atrevido.
(Fin de la primera parte de la entrevista)
martes, 20 de julio de 2010
El regreso
Imagen: El Guamá
No sé por qué ni para qué, no me interesan las oscuras razones ni las teorías que rodean su reaparición. No pienso, ni por un instante, tratar de razonar el regreso de Fidel Castro a las cámaras. Hay cosas en la vida que sólo son para deleitarse, y ésta es una de ellas.
El ocaso de los dictadores es algo difícil de disfrutar en su totalidad, desde su retiro en el 2006, presentí que me perdería una buena parte del final senil de la “Revolución Cubana”. Me equivoqué y me regocijo por mi error.
Me había conformado con las reflexiones, cada vez parecían más cuentos cortos de ciencia ficción para revistas de 5 centavos que otra cosa, son buenas para reír, pero infinitamente inferiores a sus versiones gráficas –no por gusto la televisión arrasó con el mercado en el siglo veinte.
No es lo mismo leer esto:
“La economía de la superpotencia se derrumbará como castillo de naipes. La sociedad norteamericana es la menos preparada para soportar una catástrofe como la que el imperio ha creado en el propio territorio de donde partió.
Ignoramos cuáles serán los efectos ambientales de las armas nucleares, que inevitablemente estallarán en varias partes de nuestro planeta, y que en la variante menos grave, se van a producir en abundancia. Aventurar hipótesis sería pura ciencia ficción de mi parte.”
Que escuchar y ver esto:
Señores, sin tristezas ni desesperanzas, este milagro de la comedia nacional hay que celebrarlo, existe la posibilidad de que sea la última vez que lo veamos discurrir.
No sé por qué ni para qué, no me interesan las oscuras razones ni las teorías que rodean su reaparición. No pienso, ni por un instante, tratar de razonar el regreso de Fidel Castro a las cámaras. Hay cosas en la vida que sólo son para deleitarse, y ésta es una de ellas.
El ocaso de los dictadores es algo difícil de disfrutar en su totalidad, desde su retiro en el 2006, presentí que me perdería una buena parte del final senil de la “Revolución Cubana”. Me equivoqué y me regocijo por mi error.
Me había conformado con las reflexiones, cada vez parecían más cuentos cortos de ciencia ficción para revistas de 5 centavos que otra cosa, son buenas para reír, pero infinitamente inferiores a sus versiones gráficas –no por gusto la televisión arrasó con el mercado en el siglo veinte.
No es lo mismo leer esto:
“La economía de la superpotencia se derrumbará como castillo de naipes. La sociedad norteamericana es la menos preparada para soportar una catástrofe como la que el imperio ha creado en el propio territorio de donde partió.
Ignoramos cuáles serán los efectos ambientales de las armas nucleares, que inevitablemente estallarán en varias partes de nuestro planeta, y que en la variante menos grave, se van a producir en abundancia. Aventurar hipótesis sería pura ciencia ficción de mi parte.”
Que escuchar y ver esto:
Señores, sin tristezas ni desesperanzas, este milagro de la comedia nacional hay que celebrarlo, existe la posibilidad de que sea la última vez que lo veamos discurrir.
sábado, 17 de julio de 2010
Tristes carreteras
Foto: Claudio Fuentes Madan
Mujer práctica que soy, pensé aprovechar mi viaje a Santa Clara para comprar en la carretera los productos que en la Capital cuesta mucho conseguir o tienen un precio muy elevado. Desde que era pequeña recuerdo a los guajiros vendiendo al borde del camino, ellos mismos siembran o crían, y comercian directamente con los viajeros sus mercancías.
Me sorprendió el desierto de vendedores ambulantes durante kilómetros y kilómetros, esos campesinos tienen una economía muy precaria, y cuesta creer que la policía se dedique a castigarlos por negociar aquello que nace de sus propias manos. En casas de madera y con sus vaquitas censadas, logran con la venta de unas libras de queso alimentar algunos días a sus familias.
Aún quedan algunos, difícilmente suman una veintena a lo largo de los kilómetros que separan La Habana de Santa Clara. Temerosos, cuando el carro para, se acercan con cautela, pues la PNR los caza haciéndose pasar por clientes.
El muchacho al que finalmente le pude comprar queso no llegaba a los 25 años de seguro. Le pregunté qué pasaba cuando los cogían: ellos huyen a toda velocidad, tratan de salvar al menos algo de la mercancía, y los policías les corren atrás monte adentro.
-¡¿Les corren atrás monte adentro?!
Cuesta trabajo tomarse en serio la ridícula imagen de un uniformado cayéndole atrás por el yerbazal a un guajiro para incautar veinte plátanos frutas. Como no le iba a hacer una disertación al pobre muchacho, simplemente le pagué y me fui, pero la idea me da vueltas en la cabeza: ¿No hay un millón de personas improductivas ganando salarios según el general Raúl Castro? ¿Por qué no comienzan por desmontar estos puestos depredadores de la economía familiar y permiten que los campesinos vendan sus productos donde quieran?
miércoles, 14 de julio de 2010
La que no entiende nada soy yo
"No creas, no temas, no supliques"
Alexander Solzhenitsyn
Los últimos días han sido vertiginosos, rajados por la alegría y la incertidumbre. No me despedí de Pablo Pacheco porque lo sacaron del país a hurtadillas, no he logrado hablar con Pedro Argüelles y aun tengo clavada en mis ojos la imagen de Fariñas, congelada en el instante en que una mueca en su rostro probaba que para él un sorbo de líquido es El Dolor.
Estuve un poco desconectada, correteando de un lado a otro, desde Pinar del Río hasta Santa Clara, enterándome de todos los acontecimientos gracias al flujo de sms que hemos logrado mantener algunos amigos. He visto mucha gente con fe en que un día viviremos en un país libre, quedé impactada por la red solidaria en las afueras del hospital donde está Coco: una veintena de amigos leales y compañeros suyos velan con fervor los altibajos de su salud, orientan a los despistados -como yo- que llegan tres horas antes de la visita, brindan todo lo que tienen, y eso es, casi nada. Lamenté sinceramente que ningún periodista se haya tomado el trabajo, hasta ahora, de hablar con esas personas que desde hace cuatro meses cuidan en silencio la vida del hombre más libre de Cuba.
Resulta a veces desestabilizador ver tanto arrojo y bondad en personas como la madre de Fariñas y tanta indolencia e hipocresía en artículos como este. Hay veces en las que es preferible no conectarse a Internet.
Me molesta mucho, muchísimo, sentir el escamoteo a las voces de la sociedad civil en términos de una política tan oportunista alrededor de lo que vivimos hoy en mi país: la excarcelación de los inocentes. ¿En qué momento de la historia el diálogo fue entre la Iglesia y el gobierno cubano, y Moratinos quedó como mediador? ¿Cuándo serán liberados los prisioneros que quieren vivir en Cuba? ¿Por qué en el aeropuerto internacional los “libres” no entraron al avión como el resto de los pasajeros? ¿Si podrán entrar a Cuba cuando quieran, por qué no les fue posible ahora decir adiós a sus amigos ni tomarse un café en sus casas antes de salir de la isla?
Hoy he visto por primera vez el rostro de Paneque en una foto en Internet, mis sentimientos son inenarrables, este texto se volvería absurdo si me dejara llevar por mis interrogantes. Me duele decirlo, pero hasta ahora sólo una palabra define el logro de este sui generis diálogo que excluye a los protagonistas y víctimas de una de las dos partes: Destierro.
Cuando al menos uno de los ex-prisioneros de conciencia liberados en Madrid ponga sus pies en Cuba de visita, cuando Pedro Argüelles, Eduardo Díaz y Regis Iglesias estén en sus casas, cuando los laicos Dagoberto Valdés y Osvaldo Payá sean invitados a las negociaciones entre el gobierno y la Iglesia Católica, y puedan opinar en igualdad de condiciones, entonces estaremos en El Diálogo; hasta ese momento sólo hablamos de concesiones, conveniencias y salidas de emergencia.
martes, 6 de julio de 2010
lunes, 5 de julio de 2010
Respuesta de Guillermo Fariñas Hernández al periódico Granma
Imagen: La redención de Horus, por Luís Trápaga
Tomado del blog Huelga de Hambre
Respuesta de Guillermo Fariñas Hernández a la entrevista realizada por Deisy Francis Mexidor, del periódico Granma, el sábado 3 de julio de 2010 al jefe de los Servicios de Terapia Intensiva del Hospital Universitario Arnaldo Milián Castro
(La respuesta la dictó por teléfono Guillermo Fariñas a Licet Zamora Carrandi)
La periodista Deisy Francis Mexidor obvió intencionalmente destacar a todo el equipo médico que atiende a Guillermo Fariñas Hernández, entre ellos al Dr. Armando Caballero López jefe de Cuidados Intensivos y Especialista en Segundo Grado; Dr. Elías Becker García, Especialista en Segundo Grado en Nutrición Parenteral; Dr. Luis Alberto Pérez Santos, Especialista en Segundo Grado en Terapia Intensiva; Dr. Mauro López Ortega, Especialista en Segundo Grado en Terapia Intensiva; Dr. Mario Rodríguez Domínguez, Especialista en Segundo Grado en Terapia Intensiva; Dr. Rodolfo Delgado Martínez; Dr. Israel Serra Machado; Dr. Ernesto Fernández Aspiolea, Especialista en Primer Grado en Terapia Intensiva; Dr. Marcos Castro Alonso, Especialista en Primer Grado en Terapia Intensiva; Dr. Yoniel Rivero Lóbrega, Residente en Tercer año en Terapia Intensiva y Dr. Carlos Herrera Cartaya, el cual no integra el equipo médico por estar cumpliendo misión en Venezuela y al encontrarse de visita en Cuba asiste todos los días en las mañanas a las discusiones del equipo médico, con respecto a la evolución de Guillermo Fariñas, debido a la experiencia de años atrás en las diferentes huelgas que ha realizado el mismo.
El profesor Armando Caballero tuvo un ligero error porque yo entré con 53 kilogramos el 11 de marzo y en ocasiones me han llevado hasta 69,75 kilogramos. Todo esto ha sido gracias al nutriólogo Dr. Elías Becker, esto nos da la certeza de que Orlando Zapata Tamayo fue asesinado porque de haberle dado a él la atención médica que el periódico Granma relata que me han dado a mí, en estos momentos no fuera un difunto.
Se obvió explicar el motivo de mi ayuno y se plantea en el diario que es un suicidio y no se les explica a los lectores del mismo que Guillermo Fariñas está en huelga de hambre desde el pasado 24 de febrero en demanda de licencias extrapenales para 25 de los 26 presos políticos que se encuentran en las cárceles de Cuba como presos de conciencia y en delicado estado de salud.
Considero que debido a mi estado de gravedad han usado el humanitarismo de los médicos para ir preparando a los medios de prensa internacionales para mi futuro fallecimiento. Consciente estoy de mi próximo fallecimiento y lo considero un honor pues trato de salvarles la vida a los 25 presos políticos y de conciencia que la patria los necesita como líderes. Los únicos responsables de mi futuro deceso son los hermanos Fidel y Raúl Castro. Confío en el equipo médico y paramédico que me atiende. Es por eso que he rechazado las diferentes ofertas que me han hecho para irme a tratar a otros países. Quiero morir en mi patria ante las narices de los dictadores que poseen las pistolas, fusiles, cañones y bombas. Sólo tengo la moral de ser del pueblo de abajo, engañado y sometido durante 51 años por los que poseen las armas, la violencia y las leyes totalitarias y que desgobiernan desde arriba.
Guillermo Fariñas Hernández
sábado, 3 de julio de 2010
Unas vacaciones
Foto: Claudio Fuentes Madan
Estaré algunos días fuera del aire, postearé pero con menos frecuencia. Necesito descansar un poco, el cuerpo y la mente me lo piden. Sin embargo no se preocupen, estoy bien.
Estaré algunos días fuera del aire, postearé pero con menos frecuencia. Necesito descansar un poco, el cuerpo y la mente me lo piden. Sin embargo no se preocupen, estoy bien.
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