Cada cual tiene sus majaderías, sus apegos, sus momentos de relax. Hay quienes ven tres telenovelas simultáneamente, otros pasan gran parte del día pegados al auricular del teléfono y muchos –me consta- darían un ojo de la cara por estar conectados a la red de redes veinticuatro horas, estos últimos sufren de un mal llamado “fatalidad geográfica”. Por mi parte, no me gustan las telenovelas, no tengo tiempo para hablar por teléfono y por supuesto, aunque quisiera, Internet es una especie de amor imposible y platónico que anhelo desde hace varios años. Sin embargo, planifico puntillosa mis domingos. Como dice mi madre “llueva, truene o relampaguee” a las nueve y treinta minutos de la noche caigo sentada delante del televisor para ver la única serie que me interesa:
CSI en la escena del crimen. Me da lo mismo si es en New York o en Las Vegas, soy una fan indiscutible.
El domingo pasado, con cinco minutos de retraso y la cara compungida por haberme perdido la presentación, encendí la pantalla. Me gusta todo: la música, el guión, los personajes y la tecnología que usan. ¿Qué expresión no habré puesto –una pena haber estado sola- cuando en vez de escuchar el tema de
U2 The Who que da inicio a cada capítulo, combinado con una edición trepidante, me encuentro unas imágenes en sepia y un policía cubano -tonfa incluida- en la pantalla? En el mismo horario y en el mismo canal decidieron cambiar
CSI por
Tras la Huella, una patética serie producida por el Ministerio del Interior, con derechos reservados y todo.
Más allá de decepcionar a todos los televidentes -porque la diferencia entre la calidad de ambos programas sería, digamos, la misma que hay entre la playita de dieciséis y Varadero- hay que ser inconsciente de sus propias limitaciones. Incluso podría abanderarse alguien a la frase martiana “Nuestro vino es amargo pero es nuestro vino” (me gusta hacer el chiste nuestro vino es amargo hay que importarlo) sin embargo la humildad también es un ejercicio de inteligencia y obviamente, una de las virtudes de las que carece el MININT.